¿Alianza de qué?
Las autoridades en la Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de Civilizaciones, en la sede de la ONU de Ginebra
Uno de los baluartes más importantes de la política exterior de Zapatero , por no decir casi único y de prioridad «1» , a la vista de la pasta que se destina para su expresión plastica y artística, es la Alianza de Civilizaciones. Un invento del Presidente que permite visualizar los derroteros por los que se mueve nuestra diplomacia: fundamentalmente no enfadar a los musulmanes, aunque sea afirmando que «la religión tenga una presencia relevante en los espacios públicos». Porque aunque parezca mentira, el último entrecomillado es unos de las frases que aparecen en el acta de constitución de la famosa Alianza, firmada y ratificada por José Luis Rodriguez Zapatero.
Antonio Elorza escribe hoy en EL País un clarificador articulo sobre este tema.
De Granada a Bombay
ANTONIO ELORZA 29/11/2008
En los grupos de trabajo, con una mayoría de musulmanes, se vio confirmada la sensación de que existe una patente de corso para toda condena de «Occidente», por rutinaria que sea, y que buen número de intelectuales europeos asumen un masoquismo reverencial. El tema de la conferencia era el terrorismo, pero es que ni Hamás ni Hezbolá eran organizaciones terroristas para nuestros demócratas islámicos. En Egipto, el asesinato de Sadat habría sido una simple respuesta a su política represiva y los atentados posteriores, consecuencia de la opresión económica, para nada fruto de organizaciones e ideas terroristas. Ante pruebas físicas de radical antisemitismo en publicaciones islamistas, ningún participante de país árabe aceptó siquiera mirarlas. No se discute sobre lo propio con el infiel.
Hay que preguntarse entonces si la Alianza de Civilizaciones, versión Moratinos, va más allá de una operación de propaganda, muy costosa además, según acaba de probar el episodio de la decoración pictórica de un edificio en Ginebra, con unos 20 millones de euros gastados con tal de que el nombre de la sala lleve «y de la Alianza de Civilizaciones». El arte no tendrá precio, pero la publicidad sí lo tiene. Es más, por el discurso del portavoz en Granada, su acción concreta se ajusta a un peligroso síndrome de culpa ya visible en las reacciones ante el 11-M. En vez de centrarse en un análisis de las causas y de los modos del atentado megaterrorista, seguido de una actuación en profundidad respecto de la cultura de la violencia en medios musulmanes, lo políticamente correcto fue descalificar a quien se preguntara por las bases doctrinales del terror. La acertada pretensión de cerrar el paso a toda deriva hacia la xenofobia y la discriminación religiosa se convirtió así en la condena de toda expresión crítica, aplicándola el calificativo de «islamófoba». Para cerrar el círculo, nuestro Gobierno aprovechó la ocasión convirtiéndose en paladín de una Alianza -no de un necesario diálogo-, que con el pretexto de acercar a las religiones se dedica a fomentar esa actitud reverencial hacia el islam (de hecho hacia el islamismo), donde no cabe aproximación alguna a la realidad y sí el visto bueno al anti-occidentalismo. Por eso, a Moratinos le sobran los asuntos incómodos, tales como el caso Redeker, el antisemitismo, o la indeseada visita a España de Ayaan Hirshi Ali.
No cuentan ni el avance de las ideas integristas, observable en cualquier visita a librerías islámicas, ni el del mal menor, la propuesta neofundamentalista de Tariq Ramadan para constituir en Europa una «comunidad de destino» musulmana, filtrando cuanto proceda de «Occidente» («Freud también escribió cosas no falsas»). En el lenguaje islamista, yahiliyya es la ignorancia primordial, la de los mequíes antes de Mahoma y la de los occidentales hoy. El término resulta aplicable a quienes aquí y ahora practican y fomentan la ceguera voluntaria, cerrando el paso a una integración efectiva de los musulmanes y abriéndoselo a quienes promueven la resistencia, bien pacífica, bien mediante el terror.
¿Por qué preocuparse si los atentados de Bombay llevan la marca de fábrica de Lashkar-e Taiba, la organización islamista con referente en Cachemira, emanada del grupo puritano Ahl-e Hadith, cuyos muyahidin siguen literalmente los hadices del Profeta y tienen por lema la yihad hasta el fin propuesta en el versículo 2, 193 del Corán?
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